Momentos llenos de sonrisas, momentos llenos de lágrimas,
momentos en los que quieres desaparecer y momentos en los que deseas que ese
instante dure para siempre. ¿Qué sería de la vida si no tuviera estas subidas y
bajas de emociones? Yo tengo una respuesta:
Si no tuviesemos esas subidas y
bajadas constantes, no apreciaríamos la felicidad en los pequeños detalles,en
los pequeños gestos de quienes nos aprecian, porque simplemente no conoceríamos
a la tristeza, ni el extrañar que alguien venga y te abrace o te diga que te
quiere. No aprovecharíamos los buenos momentos, porque entonces, sabríamos que
siempre iban a estar ahí, que nunca se iban a acabar. No valoraríamos los
pequeños detalles, ya que nuestras vidas estarían llenas de ellos, no sabríamos
que significa la tristeza, ni la felicidad plena, no sabríamos que se siente al
faltarte algo. Tendríamos todo y no valoraríamos nada. ¿De verdad merecería la
pena vivir una vida sin emociones? Si nos paramos a pensarlo, no creo que
merezca la pena.
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